Harold
Clayton Lloyd
(Burchard,
Nebraska; 20 de abril de 1893 - Beverly Hills, California; 8 de marzo
de 1971) fue un actor cinematográfico estadounidense, considerado
uno de los más grandes cómicos de la historia del séptimo arte.
Lloyd
actuó en 208 películas entre 1913 y 1947. Durante la década de los
veinte fue el actor más popular y mejor pagado del universo
cinematográfico. Es conocido sobre todo por las secuencias de
persecución que incluían proezas físicas como trepar por los muros
de altos edificios. Junto a Buster Keaton y Charlie Chaplin forma el
«triunvirato» de grandes cómicos del cine mudo y, como ellos, su
carrera continuó en el período sonoro.
Sus
padres fueron James Darsie Clayton y Elizabeth Lloyd, de los cuales
era el segundo hijo tras su hermano Gaylord nacido en 1888. Su padre,
apodado Foxy,
era un hombre inquieto, aventurero, de fácil verborrea y algo
bohemio incapaz de permanecer mucho tiempo en un mismo empleo. La
madre era dominante, de principios inalterables y con cierta afición
por la interpretación; el matrimonio se divorció en 1910. Durante
un tiempo Harold y Gaylord vivieron alternando períodos con uno u
otro progenitor hasta quedar definitivamente al cuidado del padre. La
infancia de Harold transcurrió de ciudad en ciudad (Humbolt,
Beatrice, Omaha, Denver,...) debido, en buena parte, a ese espíritu
«nómada» del padre. Si la infancia de Charles Chaplin fue
«dickensiana», la de Lloyd puede calificarse al estilo de Tom
Sawyer. Desde pequeño, Lloyd se mostró como una persona despierta,
rápida de ingenio, inquieta y heredera de la pasión maternal por el
teatro. Su padre lo apodó Speedy
(«Rápido»).
A
los doce años trabajaba como acomodador en el teatro Orpheum de
Omaha donde conoce y entabla amistad con John Lane Connor, un famoso
actor de la época que le ofrece debutar en el escenario realizando
un pequeño papel (Abe, un niño cojo) en la obra Tess
of the D´Urbervilles.
Por
aquel entonces su padre trabajaba para la compañía de máquinas de
coser Singer,
en la cual sufrió un accidente laboral por lo que fue indemnizado
con la suma de 3.000 dólares, cantidad más que suficiente para que
los Lloyd pudieran vivir holgadamente durante una larga temporada. A
la hora de elegir donde establecerse, la decisión fue tomada
lanzando una moneda al aire la cual determinó que irían a San
Diego.
La Escuela de Teatro de esa ciudad estaba dirigida precisamente por
Lane Connor, por lo que Harold pasa algún tiempo allí a la vez como
estudiante y monitor, sin embargo con ese carácter aventurero
heredado de su padre, Lloyd no pasaría mucho tiempo en las aulas. En
ese entonces la Compañía Edison pasa por San Diego rodando un
western; Connor recomendó a Lloyd para un pequeño papel como extra,
se trataba de estar disfrazado de indígena piel
roja y
medio desnudo. Después de su brevísima formación académica
emprende varias giras teatrales por pueblos de la América profunda
haciendo pequeños papeles.
En
1913
consigue
entrar en los enormes estudios Universal
Pictures disfrazado
de figurante. Su actitud positiva, carisma y gran sentido del humor,
le permiten entablar amistad con J.
Farrel McDonald.
era el director de His
Heart, His Hand, His Sword,
típico serial de la época que tenían mucho éxito entre el
público. Lloyd participó en éste y otros trabajos de McDonald. En
uno de aquellos rodajes se producirá uno de los encuentros más
exitosos de la historia del cine. En 1914
Harold
Lloyd conoce y entabla amistad con Hal
Roach,
y ambos, aunque no siempre en perfecta sintonía, trabajarían juntos
durante una década.
Durante
un tiempo los dos amigos trabajaron de extras hasta que en 1914
Roach
recibió una pequeña herencia que le permitiría pasar a ser
productor de sus propias películas con Lloyd como protagonista. No
tuvieron mucho éxito comercial aunque sí el suficiente para ir
tirando y continuar en el negocio. Sennett le ofreció un contrato a
Lloyd para que realizara imitaciones de Chaplin,
que era el modelo cómico a emular. Lloyd no estuvo a gusto con
Sennett y volvió a los pocos meses con Roach. Después de varios
intentos, crearon el personaje Willie Work, que tenía marcadas
similitudes con Charlot.
Tuvieron un rápido éxito comercial. A continuación llegaría
Lonesome
Luke también
en la misma línea «chaplinesca». En el curso de tres años habían
conseguido crearse una buena reputación en Hollywood. En el verano
de 1917
Harold
crea un nuevo personaje: «El hombre de las gafas» que rompe el
estilo cómico imperante. Lloyd aparecía en pantalla con un aspecto
completamente normal, similar al hombre medio norteamericano; llevaba
gafas de carey (muy de moda en aquel tiempo), sombrero de paja y
aspecto juvenil. Su popularidad iba en aumento y en 1921,
impulsado por el éxito de The
Kid
(El chico) de Chaplin, Lloyd dio el salto a los largometrajes. Sus
cortos de uno, dos o tres rollos ya no eran suficientes para el
inquieto muchachito de Nebraska, aunque entonces se creía que era
difícil mantener a la audiencia interesada en una comedia por más
de media hora. Roach consideraba que no era conveniente arriesgarse,
pero finalmente Lloyd se salió con la suya y en 1921
con
A
Sailor-Made Man
(Marinero de agua dulce) hizo un mediometraje
de
46 minutos de duración. El éxito fue tremendo. Durante un tiempo
Chaplin regresó a los cortos, pero Lloyd ya nunca volvió a hacer
una película de menos de 5 rollos.
Con
la llegada de la década de los treinta y los problemas sociales y
políticos en todo el mundo, Lloyd y sus personajes optimistas ya no
son los preferidos de un público que, con la llegada del cine
sonoro, prefiere
cómicos magos de la palabra.
Con
una enorme fortuna, el siempre inquieto y aún no muy mayor Lloyd se
dedicó a multitud de aficiones desde criar perros, jugar al
balonmano, fotografía en color y en tres dimensiones, pintura y
hasta viajar por todo el mundo. En la década de los 40 produjo un
par de películas con poco éxito y trabajó un año como locutor
radiofónico. Muchos de los que lo trataron en aquella época
consideraban que las aficiones de Lloyd eran auténticas
excentricidades.